viernes, 22 de abril de 2016

Razas de gatos: El Burmés

Una de las hipótesis de la procedencia de esta raza es que su origen se encuentra en Birmania, concretamente en los monasterios, donde estos gatos eran adorados como si de deidades se tratase. En escritos procedentes de Ayutthaya, antigua capital del reino de Siám, datados entre los siglos XIV y XV, ya aparecen gatos semejantes al Burmés.

En 1930 el psiquiatra y militar Josep Thompson deja Birmania y se traslada a San Francisco, California, con su gata Wog Mau. Actualmente se cree que Wog Mau sería un cruce de Burmés y Siamés. Esta gatita era de color marrón oscuro. Su dueño la cruzó con un gato Siamés llamado Tau Mau, y más tarde con otro gato marrón de su propia camada. De este modo nacieron los primeros gatos de lo que actualmente se conoce como raza Burmés.

Burmés

El Burmés es una de las razas felinas más valoradas en Estados Unidos e Inglaterra, junto a los Siameses y los Persas. El Burmés puede ser de distintos colores, el primero de color azul nació en la década de 1950. A principios de 1970 se acepta el color lila. Existen ligeras diferencias entre el Burmés inglés y el americano. El Burmés inglés es esbelto y con la cabeza levemente triangular, mientras que el americano es más robusto y con la cabeza más redondeada.

El Burmés ha colaborado en la creación de distintas razas, como el Tankinés (cruce de Burmés y Siamés) y el Burmilla (cruce de Burmés y Persa).


Características del Burmés


Es un gato de talla media, fornido y corpulento. Los machos son más grandes que las hembras. Sus patas son finas y proporcionadas con el cuerpo. Su cola es de longitud media. Su cabeza tiene una leve forma triangular. Las orejas son de tamaño medio, rectas, anchas en su raíz. La mandibula es poderosa, con mentón pronunciado. Los ojos tienen una apreciable separación, brillantes y expresivos, preferiblemente de color dorado. Los gatitos cambian el color de sus ojos del gris/azul al dorado alrededor de los dos meses y medio. No se aceptan los ojos de color azul, verde, gris y bicolor.

El Burmés es un gato de pelo corto y suave. Están admitidos los colores marrón (el único que se acepta en Estados Unidos), el azul, el champagne, el platino, el rojo y el crema. El color del pelaje definitivo surge en el gatito a partir de los dos meses y medio. En Estados Unidos el Burmés champagne, el azul y el platino están catalogados como una raza distinta.

Burmés

Es un gato sano, poco propenso a contraer enfermedades y muy longevo, pudiendo traspasar la barrera de los 15 años con relativa facilidad, siempre que esté bien cuidado y alimentado.

Las hembras acostumbran a tener partos fáciles, con camadas de unos 5 gatitos que suelen ser de color marrón y cuyo pelaje va oscureciendo o cambiando a su color permante a partir de los dos meses y medio.


Convivir con un Burmés


Es un gato elegante, inteligente y tremendamente sociable, que acepta sin problemas a los extraños y que mostrará verdadera devoción por su dueño.

Es un excelente amigo para los niños, pues tiene la ventaja de que no suele sacar las uñas para jugar, lo que evitará las marcas de sus "caricias".

Al Burmés no le gusta la soledad, por lo que si va a pasar mucho tiempo solo en casa es conveniente buscarle un compañero, que tanto puede ser un perro como otro gato. Sin embargo, si crecen juntos mucho mejor, ya que esta raza es algo dominante, sobre todo con sus congéneres.

Es un gato muy curioso, por lo que será el primero en inspeccionar cualquier caja abierta en casa, cualquier nuevo adorno sobre la mesa y todo aquello que le parezca extraño y nuevo. Si se le acostumbra desde pequeño, tampoco nos dará ningún problema a la hora de llevarlo de viaje.

Burmés

Las mudanzas tampoco le afectan en exceso, pues es un gato muy unido a su dueño y se sentirá feliz allí donde estén juntos.

Puede vivir tanto en una casa con jardín, donde hará gala de sus dotes de cazador, como en un piso. Eso sí, el Burmés es un gato que no soporta demasiado bien el frío, por lo que no es conveniente dejarlo en el exterior durante mucho tiempo y mucho menos que duerma fuera.

Al tratarse de un gato de pelo corto no requiere grandes cuidados, un cepillado periódico será suficiente para mantener su pelo en buenas condiciones.

En cuanto a la dieta, siempre equilibrada y de buena calidad. Es un gato algo glotón, por lo que habrá quizá que racionarle la comida en algunos momentos. Puede ser conveniente proporcionarle un complejo vitamínico durante el crecimiento, siempre bajo supervisión del veterinario.

Inglaterra y Estados Unidos están a la cabeza en la cría del Burmés, pero también países como Nueva Zelanda y Australia han conseguido extraordinarios ejemplares de esta raza.

Beatriz Moragues - Todos los Derechos Reservados
Artículo publicado originalmente en la revista (en papel) El Mundo del Gato



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